Crónica de la India - 1ª parte

Tras 4 horas de vuelo y retrasar 1.30h el reloj aterrizamos la noche del Viernes en el aeropuerto internacional de Delhi ... todo en obras, sin ningún tipo de orden para el control de pasaportes. Nos encontramos todo tipo de fauna humana ... entre ellos cabe destacar unos taraos que vestian una capa/manta de color azul con una flecha en la espalda. Sus caras no tenian desperdicio ... Tras rebuscar las maletas que estaban por el suelo en medio del kaos nos recogió el taxi del hotel. A la llegada lo primero que vimos fue al tipo de la foto cantando a pulmón en el lobby ... en plan videoclip hindú total ...



Al día siguiente nos recogió el coche que alquilamos para llegar a Jaipur. Durante el trayecto de unas 5 horas vimos que en la carretera hay espacio para camiones cargadísimos, tractores, camellos/caballos/asnos tirando de carro, vacas, cabras, monos, perros, cerdos, elefantes, motos, rickshaws, personas cargando en la cabeza, peatones con ropas coloristas cruzando sin mirar, niños sin adultos jugando al lado de montañas de basura...

Al lado de la carretera vimos ... gente haciendo sus necesidades en medio de los pueblos, gente rebuscando en la basura, corrupción en los peajes, pueblos en medio de la nada, barracas, calles llenas de mierda, gente bañándose con cazos, gente limpiando platos en aguas de color dudoso, bares vacios, tiendas roñosas, carros de frutas con colores vivos, campos verdes con un toque amarillento, andamios ñigui ñogui ...






Jaipur (Pink City) es la capital de Rahjastán. Habitan en ella unos 2.500.000 hab. (los miles de animales no cuentan, eh!) Es una ciudad caótica, sucia, arrolladora, contaminada, colorista, muchos de sus edificios son de color teja (al menos lo eran) o de color rosa. Pese a todo, con mucho encanto. Muchos palacios y la fortaleza es uno de sus atractivos.
Nos alojamos en el SMS hotel, la mar de bien, al lado del Rambagh Palace, donde fuimos habituales para cenar o el café de noche, como unas auténticas Letis :) El primer día lo dedicamos a pasear por la calle donde está la puerta de Tripolia, entre los vendedores pesadísimos y el tráfico ... una pena que lo tengan tan abandonado, hay edificios preciosos pero en un estado de lo más decayente.









El Domingo visitamos Amber (Amer) de arquitectura rajputa (bonita palabra, eh!). Un tanto dejado pero bastante impresionante.
En su interior, en el templo de Kali, hasta 1980 se sacrificaba una cabra todas las mañanas.
La Jai Mandir es una sala con paneles incrustados y el techo lleno de espejos.
A destacar un pasillo largoooo que el marajá (me encanta pronunciar esta palabra) utilizaba para sus visitas nocturnas ... concubinas ... con Khun Vina (Maaaaaaaaaaarc!)

Luego algo de shopping y cena en el Rambagh Palace. Delicioso !!! Después café en sus jardines, donde nos leyeron la mano ... que se prepare el mundo que llego !!!! ;)