Addio Belguardo ...

Ayer fue nuestra última comida en el sofá de Belguardo, el famoso restaurante donde Marco, the best chef in town, cocinaba el mejor risotto del mundo, donde me he comido no sé cuantos volcanets de chocolate, donde he degustado platos deliciosos inventados por el gran Cammarata, donde descubrí el lemoncello, donde me he subido a las mesas para tomar fotos de ingredientes, donde me he puesto delante de los fogones y he podido apreciar lo que es el arte y la pasión por la cocina, donde nos hemos deshaogado tras los nervios en los BIFW, donde he pasado veladas inolvidables, donde me he sentido como en mi casa siempre que he ido, ya fuera para tomar un café con Marco y pasar horas de cháchara o para esas comidas/cenas tan mediterraneas, que se hacían interminables ... La de ayer empezó a las 15,30 y acabó a eso de las 22h (yo me fui porque quedé con Gloria, la del Liceu ;) para hablar por Skype, que si no ...).

He pasado mis últimos Domingos en uno de sus sofás, en ese nuestro riconcito, con el Abuelo Alessandro, a veces con la Abuela Ros, con la mayoría de visitas que han pasado por Bangkok este año ... Con gente que Marco te presenta con una naturalidad, que al rato ya estás quedando con un brasileño para cocinar una paella, con un italiano para vender bikinis en Sicilia, con un holandés que te dice un piropo y te alegra la tarde, con un italiano que hace cocina molecular con cocholate, con un italianopatxi que te tiene que mandar las fotos prohibidas de una de las fiestas ...

Sin duda una de las mejores cosas de mi estancia en Bangkok, ha sido conocer a Marco, un tipejo único, en todos los sentidos. Un crack. Pero que nadie se preocupe, hay Cammarata para rato ..

Gracias Cammarata por todos esos momentos.